Minuto 45 del segundo tiempo. Llueve a cántaros en la cancha deRiver. Jugada de Perú... y gol. Argentina está prácticamente fuera del mundial 2010. Tiempo de descuento. El árbitro debía haber pitado ya el final. Corner a favor de Argentina. Centran el balón, lo tocan varios jugadores... ¡Gol de Martín Palermo! Maradona sale del banco y se tira en plancha, deslizando sobre la hierba mojada. Todo el equipo abraza al ariete bostero. Pitido final. La albiceleste sigue viva. El miércoles espera Uruguay. Emoción. Maradona se abraza con Palermo, quien a sus 35 se ha convertido en la salvación de un DT (director técnico, vamos, un entrenador) muy cuestionado en un país que siempre lo idolatró como jugador. El delantero de Boca alcanza la categoría de héroe nacional. Sin duda su abrazo con Diego será portada de más de un diario mañana...
(nota: como se puede observar, la publicación de esta nota es en diferido, ya que no hemos podido acceder a internet antes)
Y afuera en la calle llueve. Qué demonios, jarrea. Tormenta de granizo aquí en provincia de Córdoba. Vamos recogiendo nuestros enseres, pues esta noche toca de nuevo viaje en coche-cama. Destino: Chovet, vía Rosario. Comenzamos a desandar nuestros pasos rumbo a Buenos Aires, etapa final antes del regreso a España en una semana.
El agua resalta lo agreste de la noche en Cabana, lugar donde hemos residido estos días, gracias al amor incondicional de la Flaca Mauvesín y Jámila. Personas que hacen lindos los lugares. Tal vez sea ese el epitafio a estos bonitos días en Córdoba.
Momentos con nombre propio. Podríamos comenzar por Adri, quien nos abrió las puertas y nos guió hasta la sorprendente capilla Buffo. También podríamos extender el recordatorio a l@s amigos y vecin@s de Cabana, que de cuando en cuando se dejaron caer por casa (Grinchu, Sandra...), nos arroparon en el concierto del Recodo del Sol (ese precioso lugar regentado por Marta y Leandro) y nos invitaron a degustar alguna delicia culinaria (Bárbara) este sábado caluroso en que la selección salvó los muebles.
No podemos dejar a un lado a Leti, Ana, Pablo, Bea y el resto de familiares de María, con los que compartimos un té y una picada durante su reunión semanal de los martes, en torno a su abuelo centenario. Otro elenco importante sería el conformado por unos duendecillos incondicionales (Barby, Fer, Noe, Ivy Lau) que también nos colmaron de atenciones, nos mostraron la ciudad y corrieron la voz para que nuestras canciones fueran el canto de un Gallo Negro en Alta Gracia. Qué corral tan bonito, Natalia.
Por lo demás, decir que fueron días de sol, campo, peatonales llenas, cómicos en la plaza San Martín de turno (ésta frente al Cabildo), fotografías en el paseo del Buen Pastor y en la residencia del Ché en Alta Gracia...
A punto de cerrar la cremallera de la mochila, la dulce voz de Grinchu hace más tenue la luz del salón, todos a su alrededor, hipnotizados con su Nana y Tucumáname la vida. Salgamos de puntillas, chicos, no se rompa el hechizo.
(nota: como se puede observar, la publicación de esta nota es en diferido, ya que no hemos podido acceder a internet antes)
Y afuera en la calle llueve. Qué demonios, jarrea. Tormenta de granizo aquí en provincia de Córdoba. Vamos recogiendo nuestros enseres, pues esta noche toca de nuevo viaje en coche-cama. Destino: Chovet, vía Rosario. Comenzamos a desandar nuestros pasos rumbo a Buenos Aires, etapa final antes del regreso a España en una semana.
El agua resalta lo agreste de la noche en Cabana, lugar donde hemos residido estos días, gracias al amor incondicional de la Flaca Mauvesín y Jámila. Personas que hacen lindos los lugares. Tal vez sea ese el epitafio a estos bonitos días en Córdoba.
Momentos con nombre propio. Podríamos comenzar por Adri, quien nos abrió las puertas y nos guió hasta la sorprendente capilla Buffo. También podríamos extender el recordatorio a l@s amigos y vecin@s de Cabana, que de cuando en cuando se dejaron caer por casa (Grinchu, Sandra...), nos arroparon en el concierto del Recodo del Sol (ese precioso lugar regentado por Marta y Leandro) y nos invitaron a degustar alguna delicia culinaria (Bárbara) este sábado caluroso en que la selección salvó los muebles.
No podemos dejar a un lado a Leti, Ana, Pablo, Bea y el resto de familiares de María, con los que compartimos un té y una picada durante su reunión semanal de los martes, en torno a su abuelo centenario. Otro elenco importante sería el conformado por unos duendecillos incondicionales (Barby, Fer, Noe, Ivy Lau) que también nos colmaron de atenciones, nos mostraron la ciudad y corrieron la voz para que nuestras canciones fueran el canto de un Gallo Negro en Alta Gracia. Qué corral tan bonito, Natalia.
Por lo demás, decir que fueron días de sol, campo, peatonales llenas, cómicos en la plaza San Martín de turno (ésta frente al Cabildo), fotografías en el paseo del Buen Pastor y en la residencia del Ché en Alta Gracia...
A punto de cerrar la cremallera de la mochila, la dulce voz de Grinchu hace más tenue la luz del salón, todos a su alrededor, hipnotizados con su Nana y Tucumáname la vida. Salgamos de puntillas, chicos, no se rompa el hechizo.
Jua... duendecillos... con ese nombre que nos das parecemos tiernas y todo...
ResponderEliminarNo se dio nada q no merecieran... me alegra q lo hayan disfrutado...
y realmente espero que el hechizo cordobes los acompañe siempre siempre...
uds lo dijeron... en este lugar algo se gesta... y se seguira gestando especialmente para invitados de lujo... no lo duden!
Las puertas se mantendran abiertas... sigan disfrutando... y que les sea leve la vuelta...!
besicos!!!!
x cierto disculpen que vuelva a molestar... pero les dejo el link de mi blog con la cronica que yo hice al respecto... (entiendase... sobre uds!!!) espero que les guste!
ResponderEliminarhttp://yloqueesnoessiempreloqueves.blogspot.com/2009/10/y-al-final-del-laberinto-seguira.html
Sabía yo que te dejaba en buenas manos !!
ResponderEliminarGracias Fer por ser mis ojos allá!
carmen